Se estima que
aproximadamente un 50 % de adolescentes con TDAH seguirá con sus problemas al
convertirse en adultos. Si la estimación actual es correcta, es decir, si el
3-6 % de los jóvenes tiene un TDAH, deberíamos esperar que el 1,5-3 % de
adultos lo tenga también.
El proceso para
establecer el diagnóstico de TDAH en un adulto es el mismo que para un niño o
adolescente, es decir, se basa en la presencia de una historia crónica y
generalizada de hiperactividad, desatención/distraibilidad y/o impulsividad.
Los fármacos que se
utilizan para tratar el trastorno en niños y adolescentes funcionan de igual
modo en adultos. El efecto del TDAH en el adulto puede ser el mismo que para el
niño o adolescente, pero puede manifestarse en diferentes situaciones, por
ejemplo, en la etapa de estudios posteriores a la secundaria, en el trabajo y
en las interacciones con los amigos adultos y los adultos de la familia.
Después del
diagnóstico, hay que plantear varias cuestiones. Primera, ¿necesita el sujeto
algún tipo de ayuda para afrontar problemas secundarios de tipo emocional,
social o familiar? Segunda, ¿presenta algún trastorno asociado?
TRATAMIENTO EN ADULTOS
En los adultos nos
apoyamos con lo que denominamos la preparación o entrenamiento la cual es
una estrategia novedosa y excitante para ayudar a algunos adultos con TDAH. Trabajamos
muy de cerca con el adulto, identificando sus áreas de dificultad y tratando
precisamente los aspectos que le causan más dificultades. También analizamos
con el adulto los motivos de los problemas para desarrollar estrategias
compensatorias y ponerlas a prueba. Se van modificando estas estrategias hasta
que resultan útiles y luego se practican hasta que se convierten en rutinarias.