El cuidado y
manejo de un paciente con una patología demencial es de importancia extrema,
especialmente cuando la eficacia del tratamiento farmacológico ha probado ser
de valor limitado hasta el momento.
Se estima que
35.6 millones de personas en el mundo viven con demencia, este número se
duplica cada 20 años; 65.7 millones para el 2030 y 115.4 millones para el 2050.
La mayoría de este aumento se atribuye a países de bajos y medianos ingresos.
No sólo estas cifras impactan, sino también la enorme carga sobre las familias
y la sociedad en general.
La familia sigue
siendo la piedra angular del cuidado de aquellas personas que han perdido su
capacidad de vivir de manera independiente, como son los enfermos de alzhéimer
y otras demencias. Siendo el conocimiento
del cuidado y del manejo de estos enfermos, la herramienta terapéutica de más
valor hasta el momento, es de suma importancia el proveer a las familias y a
aquellos que los cuidan, con reglas y pautas claras y puntuales de ayuda, para
hacerles la tarea algo más fácil. ¡El conocimiento es poder!
Principios Generales del Cuidado Integral
a. Determinar la
presencia, severidad e impacto de los síntomas psicológicos y conductuales de
la demencia.
b. Identificar el
tipo de disturbio. Por ejemplo, si se trata de apatía (falta de motivación),
tristeza, depresión, o más bien es una alteración del comportamiento como
agitación, agresividad verbal y/o física.
c. Precisar la
frecuencia y horario de presentación del disturbio y conocer la reacción que
causa en el paciente, el cuidador y la familia. La mejor manera de hacerlo es
preguntando: ¿qué?, ¿cómo?, ¿cuándo? y ¿dónde sucede?, ¿en presencia de quién?
Es necesario responder a estas preguntas por un periodo de dos semanas, para
comprender mejor la ocurrencia, frecuencia y severidad del síntoma que queremos
modificar.
d. Buscar factores
precipitantes. Rara vez el síntoma no tiene factores que lo disparan, de manera
que es importante observar muy cuidadosamente los eventos que preceden a su
presentación.
e. Someter al
paciente a evaluación clínica por un médico especialista
f. Evaluar y
restablecer las funciones sensoriales. El deterioro visual y auditivo puede
precipitar la presencia de los síntomas conductuales, siendo importante el diagnóstico
y tratamiento correctivo de estas deficiencias.
g. Controlar el
medioambiente. Evaluar y adecuar correctamente el ambiente donde se desenvuelve
el paciente y donde permanece la mayor parte del tiempo.
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