miércoles, 14 de octubre de 2015

Tipos de Tics o movimientos involuntarios

Los tics son muy variados. Se dividen en motores y vocales o fónicos. Los tics motores pueden expresarse con movimientos elementales de un músculo o grupo reducido de músculos (tic motor simple) tales como parpadear, encoger los hombros, girar la cabeza hacia un lado, desviar los ojos hacia arriba, etc. También pueden expresarse con movimientos en los que participan varios grupos musculares, como extender un brazo al tiempo que se tuerce la cabeza hacia un lado. Incluso puede consistir en actos elaborados (p. ej., rascarse una pierna o desplazar hacia atrás el cabello) (tic motor complejo). 


La variedad expresiva de los tics motores es extraordinaria. Tics motores raros pueden ser: movimientos complejos de los globos oculares, contracciones rítmicas de la musculatura abdominal (rechtig) o incluso movimientos con las orejas. Su brusquedad puede ser tan intensa como para producir luxaciones o traumatismos. Aunque generalmente bruscos, algunas veces el acto motor puede ser sostenido y lento, dando la apariencia de un movimiento distónico (tic distónico). 
Generalmente son indoloros, pero si se repiten con mucha frecuencia pueden provocar mialgia postejercicio («agujetas»), conjuntivitis mecánica o ulceraciones (p. ej., en la mucosa de la mejilla).
 
El ticqueur puede usar el paso del aire a través de la nariz o la boca para producir tics sonoros. Este tipo de tic (tic fónico) suele expresarse como carraspeo o sonidos guturales de muy variada expresión: chillidos semejando ladridos, tos, arrullo de paloma, etc. Haciendo un paralelismo con la división de los tics motores en simples y complejos, los tics fónicos pueden ser simples, como los que
acabamos de mencionar, o, a semejanza de los tics motores complejos, hacer uso del lenguaje hablado: repetir las últimas sílabas de las palabras del interlocutor (ecolalia) o las del propio paciente (palilalia), o incluso emitir palabras insultantes, obscenas o blasfemas (coprolalia). Esta última modalidad de tic fónico, aunque ocurre en menos del 10 % de los niños con trastorno de Gilles de la Tourette, tiene interés histórico, puesto que figura en el título de la descripción inicial de este trastorno. Tics nasales de inspiración o emisión de aire son relativamente frecuentes.


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