Aunque el equipo
médico puede identificar fácilmente los factores estresantes de una situación y
las respuestas conductuales del paciente, las experiencias subjetivas de un paciente,
por su propia naturaleza, resultan más esquivas y es preciso preguntar.
Con frecuencia se
pide a los psiquiatras que evalúen a pacientes con reacciones emocionales o conductuales
problemáticas hacia el entorno hospitalario o hacia sus enfermedades. A menudo
los médicos pueden identificar los factores estresantes implicados (p. ej., la
necesidad de una amputación urgente a un paciente diabético de 55 años con un
dedo del pie gangrenado). La razón muchas veces para solicitar una consulta es
identificar las respuestas conductuales o emocionales que se cree que van a
resultar problemáticas, como manifestar ira o proferir amenazas para conseguir
el alta en contra del consejo médico.
Al consultar a
los psiquiatras se pretende comprender las experiencias subjetivas de los pacientes
ante la enfermedad para explicar sus respuestas conductuales y emocionales, y
para diseñar intervenciones que ayuden a los pacientes (y a sus cuidadores).
La investigación
que estudia las variables subjetivas que influyen en la respuesta de un individuo
ante un estrés determinado normalmente se ha centrado en tres áreas
principales: los tipos de personalidad, los estilos de afrontamiento y los
mecanismos de defensa.
El Afrontamiento
El afrontamiento
puede definirse como «los pensamientos y las creencias que un persona utiliza
para resolver o modificar el problema que le provoca malestar (afrontamiento centrado
en el problema) y regular la respuesta emocional ante el problema
(afrontamiento centrado en la emoción)»
Estilos de
Afrontamiento
a) afrontamiento
por confrontación (intentos hostiles o agresivos para modificar una situación);
b) distanciamiento
(intentos para separarse uno mismo mentalmente de una situación);
c) autocontrol (intentos
para regular los propios sentimientos o acciones);
d) búsqueda de
apoyo social (esfuerzos dirigidos a la búsqueda de apoyo emocional o
información procedente de los demás);
e) aceptación de la
responsabilidad (admitir una intervención personal en el problema);
f) utilización del
escape-evitación (intentos cognoscitivos o conductuales para escapar o evitar
el problema o la situación);
g) planificación de
la resolución del problema (esfuerzos meditados deliberada y cuidadosamente
para modificar la situación), y
h) reevaluación positiva
(intentar redefinir la situación desde una perspectiva positiva).
La investigación
ha demostrado que los pacientes emplean múltiples estrategias de afrontamiento
en una situación determinada (Lazarus, 1999). Los individuos a menudo prefieren
o suelen utilizar determinadas estrategias antes que otras pero, por lo general,
ante una situación estresante compleja, como una enfermedad médica o una hospitalización,
emplean múltiples estrategias.
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