A pesar de los
recientes progresos, todavía no ha sido posible responder a dos preguntas
fundamentales: ¿qué es el sueño? y ¿por qué dormimos? El sueño no es simplemente
la ausencia de vigilia, ni tampoco consiste en la suspensión de los procesos
sensoriales; es el resultado de la combinación de la desaparición pasiva de los
estímulos que alcanzan el cerebro y de una activación funcional de ciertas
neuronas localizadas en áreas cerebrales concretas.
A pesar de ser una actividad que TODOS realizamos a diario aún nos falta mucho por descubrir sobre el sueño, el por qué de él y los procesos relacionados. |
Desde los
comienzos de la civilización, los misterios del sueño han intrigado a poetas,
artistas, filósofos y mitólogos.
Hay
numerosísimas referencias al sueño, la muerte y los sueños en los escritos poéticos
y religiosos, incluyendo las citas siguientes:
- «El sueño profundo es similar a la muerte» (Biblia, I Samuel 26:12);
- «El sueño y la muerte son similares (...) el sueño es la sexta parte [es decir, una pequeña parte] de la muerte» (Talmud, Berachoth 576);
- «Entonces ella [Afrodita] encontró al sueño, el hermano de la muerte» (Ilíada, Homero, circa 700 a.C.);
- «El sueño está relacionado con los sueños (...) ¿qué sueños pueden aparecer en el sueño de la muerte?» (Hamlet, Shakespeare);
- «Qué maravillosa es la muerte, la muerte y su hermano el sueño» («La reina Mab: un poema filosófico», Shelley).
No hay un
momento preciso para el inicio del sueño; más que ello, aparecen de manera
gradual modificaciones en muchas de las características comportamentales y
fisiológicas y el procesamiento mental
(p. ej., el tiempo de reacción). La somnolencia se inicia al comienzo del sueño,
con sensación de pesadez y caída de los párpados; e imposibilidad de ver, oír,
oler o percibir las cosas de una manera racional o lógica. En este punto, una
persona que intenta dormirse entra realmente en otro mundo que ya no controla y
en el que su cerebro no puede responder de manera lógica y adecuada.
Al nacimiento los bebés cumplen mucho más horas de sueño comparado con los adultos, todo esto relacionado con la maduración cerebral y procesos elementales en el desarrollo del niño. |
Los
especialistas en el sueño clasifican en ocasiones a las personas en dos grupos:
el «tipo nocturno» (búhos) y el «tipo matutino» (alondras). Los tipos matutinos
se levantan temprano con una sensación de descanso y de refresco, y trabajan de
manera eficaz por las mañanas. Estas personas están cansadas y se acuestan a
primera hora de la noche. Por el contrario, los tipos nocturnos tienen
dificultades para levantarse pronto y se sienten cansados por la mañana; sin
embargo, experimentan una sensación de refresco y energía hacia el final del
día. Estas personas llevan a cabo sus tareas mejor a última hora de la tarde.
Se duermen a altas horas de la noche y se despiertan tarde por la mañana.
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