De todos los que
prueban una droga adictiva, algunos nunca más volverán a consumirla;
simplemente, no les gusta. Otros la tomarán de nuevo de forma ocasional,
disfrutando de ella en compañía de los amigos; sin embargo, no consideran la
droga prioritaria y pueden vivir satisfechos sin tomarla. Algunos se
convertirán en consumidores habituales e incorporarán la droga a sus vidas; no
obstante, serán capaces de dejarla sin demasiados problemas si toman esa
decisión. Por último, existen personas que consumen una droga regularmente y
con frecuencia, siendo incapaces de dejarlo o consiguiéndolo sólo con grandes
dificultades e incluso con riesgo de recaídas. Este último grupo, el de los
adictos, representa el mayor problema para la sociedad y el mayor reto para la
medicina.
Sea cual sea la
droga que consideremos, ¿quién se vuelve adicto? ¿Puede ser que algunas
personas posean algún rasgo natural que los haga vulnerables a la adicción? Y,
si esto fuera así, esa vulnerabilidad personal, ¿se restringiría a una sola
droga adictiva o sería aplicable a todas? Los datos son todavía escasos y hay
mucha especulación, pero los estudios epidemiológicos y de genética molecular
aportan una información coherente. Así, de los estudios realizados sobre las
causas de la adicción, la predisposición genética destaca como factor
importante.
La idea de que la
susceptibilidad a la drogadicción puede heredarse ha sido muy malinterpretada.
Es obvio que si una droga fuera absolutamente inasequible nadie se haría adicto
a ella, independientemente de sus características hereditarias.
Las tendencias
sociales ayudan mucho a determinar la probabilidad de que un joven empiece a
consumir drogas. Refiriéndonos al entorno formado por el círculo de amistades,
hablamos de la presión ejercida «por los de la misma condición»; en el conjunto
de la sociedad hablaríamos de costumbre social o aceptabilidad social. Por
ejemplo medida que una adicción pierde popularidad, es menos aceptada.
Así pues, para
comprender la predisposición a la adicción son importantes además de los genes,
por un lado, y del entorno, por otro, las interacciones entre ambos factores
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