Las enfermedades mentales son vistas hoy en día con ojos críticos y con pobre aceptación por múltiples sectores de las sociedades, hasta por personas que las padecen.
Aunque esto se remonta desde mucho tiempo atrás, ya que a lo largo de la historia a las enfermedades mentales se le ha adjudicado diferentes causas, desde castigos divinos por pecados, posesiones demoníacas (lo cual aun se observa en el presente), falta de carácter, o engaños que la persona afectada inventa para justificar su defectos o deficiencias. Debido a esto las personas que han sufrido estos padecimiento han sido victimas de tantas atrocidades en el transcurso del tiempo desde la marginación, la estigmatización, el rechazo hasta la tortura y la muerte.
Es frecuente escuchar entre estas personas el deseo de haber padecido cualquier otra enfermedad letal debido al gran apoyo que se les brinda por la sociedad y la familia.
Con respecto ha avanzado el tiempo se ha podido ir conociendo cada vez más acerca de el funcionamiento del cerebro y su implicación en los trastornos mentales, pero aun falta mucho por explorar, conocer y aun mas importante romper todas esos ideas preconcebidas que hacen ver al paciente mental como una amenaza.
Las personas con trastornos mentales pueden llevar una buena calidad de vida y tener una buena adaptación socio-familiar, laboral o académica, en su condición de vulnerabilidad lo que necesitan es una atención integral en salud.
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