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jueves, 27 de agosto de 2015

Tratamiento del Insomnio



El tratamiento del insomnio debe entenderse como un abordaje integral tratando la causa (siempre que esta pueda identificarse [ya sea médica, psiquiátrica, social, etc.]) o desencadenante, los síntomas y la repercusión del proceso en el propio paciente.
El manejo del insomnio primario se basa en una serie de estrategias de modificación de conductas y cambios en estilos de vida a las que se asociará, cuando se considere necesario, el tratamiento farmacológico adecuado. El objetivo es dotar al paciente de los recursos necesarios para manejar el proceso y reducir al mínimo la utilización de los fármacos hipnóticos. Todo ello requiere un papel activo del paciente en el proceso terapéutico permitiendo la realización de una monitorización y seguimiento de su respuesta y motivación.

Para los problemas de insomnio y para lograr un óptimo descanso existen tanto tratamiento farmacológico como no farmacológico, obteniendo los mejores resultados combinando ambos tratamientos.

 Las actuaciones deben iniciarse informando al paciente y sus familiares sobre el insomnio (qué es, cómo se produce, cuáles son las opciones de tratamiento, etc.) y corrigiendo aquellas ideas erróneas sobre el sueño y sus alteraciones que puedan condicionar una perpetuación del problema, intentando motivar un cambio de aquellas conductas que pueden mantener el insomnio. Las recomendaciones deben realizarse de forma individualizada en función a las necesidades y situación del paciente. Tras esta actividad educativa debe realizarse una valoración de los hábitos de sueño, pues hasta un 30% de los pacientes con trastornos del sueño presentan una alteración de la higiene del sueño, (tema que desarrollamos en nuestro post del día de ayer). Aunque se proporcione la información de forma verbal en consulta es conveniente facilitarla por escrito.


Tratamiento no farmacológico


Terapias cognitivo-conductuales para el tratamiento del insomnio.

  • Control de Estímulos

Terapia dirigida a reasociar la cama y el dormitorio con el sueño, reestableciendo un adecuado ciclo de sueño-vigilia ya que el permanecer despierto en la cama propicia relacionar la creación de asociaciones negativas entre los rituales previos al sueño y el ambiente del dormitorio. El tratamiento se basa en seguir una serie de instrucciones como evitar actividades estimulantes antes de acostarse, solo ir a la cama para dormir, salir de la cama si no se es capaz de dormir, ir a otra habitación y relajarse y evitar comer, tomar cafeína y fumar; volver a la cama solo cuando se tenga sueño, etc. Adecuada para personas que pasan mucho tiempo dando vueltas en la cama sin poder dormir.

  • Restricción del Sueño

Técnica que modifica el tiempo total de sueño en función de la eficiencia del sueño (tiempo dormido/tiempo en cama). Se disminuirá o aumentará en función de la mejora o empeoramiento de la calidad y duración del sueño (se disminuye 15 min si eficiencia < 80% o se aumenta 15 min cada vez que la eficiencia sea de 85-90%). Los ajustes se realizarán semanalmente. Nunca debe reducirse el tiempo en cama a menos de 5 h porque induciría somnolencia diurna. Esta técnica es adecuada para el paciente que se despierta repetidas veces durante la noche, por ejemplo los ancianos.


  • Técnica de Relajación

Pretenden reducir la excitación psico/fisiológica para favorecer el sueño. Su objetivo es que el paciente consiga niveles profundos de relajación muscular de forma rápida y sencilla en el momento de irse a dormir para facilitar el sueño. Requiere un entrenamiento más o menos largo y su recomendación debe ser individualizada. Algunas de estas técnicas son: relajación muscular progresiva, bioretroalimentación con imágenes que reducen el nivel de excitación, meditación, ejercicio ligero, respiraciones profundas.

Debe evaluarse el cuadro de insomnio de manera individual para cada paciente y su contexto, valorando sus posibles causas, factores que lo exacerban entre otros.
 Tratamiento Farmacológico
Los hipnóticos serán recomendados solo si se requiere una respuesta inmediata a los síntomas, el insomnio es severo y ocasiona trastornos importantes, las medidas no farmacológicas no producen los efectos deseados o el insomnio persiste después del tratamiento de la causa médica subyacente.
En todo caso, los hipnóticos se utilizarán en monoterapia, en la menor dosis posible, durante períodos cortos (menos de 7 días todas las noches) o intermitente (2-3 noches por semana). Las recomendaciones actuales establecen como período de utilización de hipnóticos para el tratamiento del insomnio un máximo de 14 días (incluyendo el período de retirada). El tratamiento intermitente asocia como ventaja tomar menor cantidad de fármaco, menor potencial de abuso, igual eficacia en la mejoría del cuadro, y, sobre todo, mayor satisfacción del paciente ya que controla mejor el número de comprimidos que toma.



miércoles, 26 de agosto de 2015

Otra razón para dormir bien



El cerebro usa la cuarta parte del total de la energía de todo el cuerpo pero solo tiene el 2 % de la masa corporal. ¿Cómo, este órgano tan especial, recibe y, más importante aún, se deshace de sus nutrientes vitales? Recientes investigaciones sugieren que tiene que ver con el sueño.



Jeff Lliff, es un neurocientifico que ha explorado funciones unicas del cerebro.


martes, 25 de agosto de 2015

Sueño y Sueños



Sigmund Freud llamó a los sueños la «Gran Vía hacia el inconsciente» en su libro clásico La interpretación de los sueños, publicado en 1900. La teoría freudiana postulaba que los sentimientos reprimidos son suprimidos u ocultados psicológicamente en la mente inconsciente y que a menudo se manifiestan en los sueños. En ocasiones, estos sentimientos se expresan en forma de trastornos mentales o de otros problemas físicos determinados por causas psicológicas, según la teoría psicoanalítica. Bajo el punto de vista de Freud, la mayor parte de los sentimientos reprimidos corresponden a deseos sexuales reprimidos y aparecen en forma de sueños o de símbolos referidos a los órganos sexuales. Los científicos modernos especializados en el sueño intentan interpretar los sueños en términos anatómicos y fisiológicos. Sin embargo, todavía no somos capaces de definir lo que es un «sueño» ni tampoco conocemos las razones por las que soñamos.

 
Los sueños suelen aparecer con colores naturales, más que en blanco y negro. En nuestros sueños utilizamos los cinco sentidos. En general, participan principalmente las sensaciones visuales, seguidas de las auditivas, las táctiles, las olfativas y las gustativas, en este orden. Los sueños pueden ser agradables o desagradables, terroríficos o tristes. Generalmente reflejan las actividades cotidianas de la persona que sueña. En nuestros sueños aparecen incorporados el temor, la ansiedad y la aprensión. Además, también pueden ocupar nuestros sueños los acontecimientos estresantes del pasado o el presente. Las escenas o los eventos que aparecen en los sueños no suelen ser racionales sino que, más que ello, se muestran de manera irracional con cambios rápidos de escenarios, lugares o personas, o bien con una mezcla extraña de todos estos elementos. En ocasiones pueden aparecer sueños lúcidos en los que la persona que sueña parece darse cuenta de manera vívida que está soñando realmente.


La significación neurobiológica de los sueños es desconocida. Los científicos especializados en el sueño intentan explicar los sueños en términos de la interpretación anatómica y fisiológica del sueño. No se han definido con detalle las razones por las que los circuitos nerviosos son estimulados para dar lugar a los sueños. Algunas sugerencias propuestas para explicar la significación de los sueños son la activación de las redes neurales del cerebro y la reestructuración y reinterpretación de los datos almacenados en la memoria.