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jueves, 24 de septiembre de 2015

Síntomas de Esquizofrenia



El gran problema de los síntomas de la esquizofrenia es que la mayoría de ellos son subjetivos, es decir, dependen de que los refiera el paciente y no existe forma alguna de comprobarlos de manera imparcial, por lo que sólo la experiencia de los profesionales y la ayuda incondicional de la familia y de los amigos puede llegar a definir esta enfermedad. 

Por otra parte, la esquizofrenia es una enfermedad que presenta muchos y variados síntomas pero ninguno es específico de ella sino que pueden encontrarse también en otras enfermedades mentales.
Los síntomas en la esquizofrenia son de dos grandes tipos: positivos y negativos y su tipo y frecuencia dependen del momento y gravedad de la enfermedad. El calificativo de positivo o negativo nada tiene que ver con el hecho de que sean buenos o malos.

Serían síntomas positivos aquellas manifestaciones patológicas que las personas “sanas” no experimentan, como las alucinaciones y los delirios, y estaríamos hablando de síntomas negativos a aquellas conductas “normales” que el paciente deja de tener por su enfermedad, como no experimentar sentimientos en determinados casos, no tener voluntad para hacer algo concreto y sencillo, no tener un pensamiento fluido y coherente y otros similares.


El que predominen unos u otros síntomas es lo que determina que una esquizofrenia se clasifique como de un tipo o de otro: esquizofrenia paranoide cuando predominan los síntomas positivos y esquizofrenia hebefrénica cuando predominan los negativos.
Es habitual que, con el paso del tiempo, los síntomas de la enfermedad se apacigüen y casi desaparezcan, quedando el paciente con las “secuelas” de la misma que consisten en un estado de pasividad, torpeza de pensamiento, abandono del cuidado de sí mismo y de su casa y sentimientos fríos hacia las personas, pero sin presentar delirios ni alucinaciones. Se dice entonces que el paciente se encuentra en una fase residual de la esquizofrenia.
 
Los síntomas más típicos de la enfermedad y que tenemos que conocer para poder valorar en que momento y nivel de gravedad está nuestro paciente o familiar son los siguientes:

a.       Trastornos del pensamiento: el pensamiento pierde fluidez y coherencia, resultándole al paciente casi imposible el concentrarse o el utilizar su mente para operaciones incluso sencillas, manifestándose en la práctica por el hecho de que el paciente dice cosas que para los que le rodean no tienen sentido.
b.      Falsas creencias: son lo que se denominan delirios; o sea, ideas absolutamente falsas que el paciente ciegamente, que persisten a pesar de intentar explicárselo al sujeto y que no tienen explicación. Es el caso de “creerse perseguido por alguien, creer que hablan de él en los medios de comunicación o en carteles, creer que le miran, que hablan de él, etc.” es lo que el lenguaje popular ha sancionado con la palabra paranoide.
c.       Alucinaciones: consisten en percibir cosas, sonidos o sensaciones que en realidad no existen. Por ejemplo, oír voces (que muchas veces les insultan y les dan ordenes), ver objetos inexistentes, oler cuando no huele a nada y tener sabor a algo (que puede interpretarse como que le están envenenando la comida)
 


d.      Negación de la enfermedad: es uno de los síntomas que más daño hacen al paciente a familiares y profesionales. Se trata de negar absolutamente que exista la enfermedad, es decir, carecer de toda conciencia de que se está enfermo.
e.      Cambios en las emociones: la afectividad en términos generales da un gran cambio, generándose al principio alteraciones de las emociones sin motivo con cambios de afecto hacia sus familiares, amigos y conocidos. El cambio puede acelerarse y llegar casi a la ausencia de sentimientos que se traslucen en una cara inexpresiva y desinterés absoluto por cuanto le rodea. También podemos encontrarnos con emociones que nada tienen que ver con los acontecimientos concretos, como llorar en una situación feliz o viceversa.


Estos síntomas no tienen por qué darse conjuntamente en todas las personas con esquizofrenia, ni presentan la misma intensidad en unos y en otros, pero lo que sí es cierto es que su aparición rompe bruscamente la vida del paciente y le impide, en un gran porcentaje de casos, llevar una vida normal tal y como la llevaba antes, hasta que el sujeto tiene un tratamiento y la fase aguda de la enfermedad remite.

Los síntomas tampoco significan lo mismo en todo el curso de la enfermedad, siendo más expresivos en el comienzo de la misma o en los periodos de reagudización.

martes, 14 de julio de 2015

Trastornos de Personalidad: "El Chapo" Guzmán ¿Cómo piensa y actúa?

 Joaquín 'El Chapo' Guzmán cuando fue detenido en febrero de 2014.


Nadie es perfecto. Con todo, algunos de nosotros estamos bastante más alejados de la perfección que otros. Hay un enorme número de personas, afectadas por trastornos de la personalidad y del carácter, que no cumplen con sus responsabilidades y que parecen ser incapaces de mantener relaciones maduras, honestas o constructivas. Muchas personas en estas circunstancias se muestran destructivas e incluso peligrosas.

Puesto que las personas con trastornos de la personalidad y el carácter también tienen capacidades excepcionales y cualidades atractivas, emprenden todo tipo de relaciones y desempeñan una amplia variedad de puestos de responsabilidad y relevancia. Final e invariablemente, sus relaciones fracasan y ellos acaban incumpliendo sus responsabilidades. Estos fracasos conllevan un precio para sí mismos y para los demás, y son caros tanto desde el punto de vista emocional como económico.

Algunos ejemplos:

Para aclarar un poco a que nos referimos con este tipo de trastornos y notemos lo increiblemente comunes que son y con los cuales convivimos diariamente, que mejor manera de hacerlo que citando algunos ejemplos clásicos:

  • El marido o la mujer con un trastorno narcisista de la personalidad que incumple sus responsabilidades como pareja y como padre al mantener una larga sucesión de relaciones extramatrimoniales. 
  • El director financiero de una gran empresa con un trastorno antisocial de la personalidad que miente y estafa para hacerse rico a expensas de la empresa es otro ejemplo bastante frecuente. 
  • La persona con un trastorno paranoide de la personalidad que está convencida de que le van a perjudicar de alguna manera y que se empeña en castigar a los demás por sus ultrajes imaginarios constituye un tercer ejemplo. 
  • La mujer joven que comete repetidos intentos autolíticos cuando tiene problemas con sus novios.
  • El marido controlador que constantemente critica y encuentra defectos en su mujer.


El perfil del "Chapo" Guzmán

Aunque en esta ocasión y debido al revuelo mediático que se ha producido alrededor de la figura de este personaje cabe mencionar un análisis sobre la personalidad y el trastornos que padece, los datos mencionados son extraídos del perfil criminológico de este jefe de la mafia, elaborado por peritos de la PGR de México:

Es considerado un individuo de alta peligrosidad, que define claramente sus metas y la forma de alcanzarlas, utilizando sus habilidades de planeación, organización, negociación y proyección al futuro; siendo él mismo responsable directo de la planeación y seguimiento de sus acciones para concretar exitosamente sus objetivos.
Su tenacidad es producto del sentimiento de inferioridad que le produce el factor endógeno concerniente a su baja estatura de 1.55 metros, que refleja mediante una expresión de superioridad intelectual y de ambición desmedida por el poder.
Destaca su alta capacidad de reacción con raciocinio; tiene necesidad de liderazgo, controla de manera adecuada su entorno, es obsesivo pero mesurado durante sus actos vindicativos, que son orientados al fortalecimiento de la estructura. Se considera una persona estable emocionalmente.
En su realidad interna no existe la culpa; se reconoce a sí mismo como un líder con buenos sentimientos; su rol en la organización criminal se perfila como autor intelectual, pero sin necesidad de la operación directa, esto con el objeto de mantenerse a salvo de detenciones y atentados.
El éxito de sus acciones radica en sus habilidades para manipular su entorno y anticiparse a las reacciones de sus antagonistas.
Lo caracteriza su egocentrismo, lo que lo lleva a pretender mantenerse en el centro de atención e importancia al interior de su grupo, para conservar el mando y al exterior para denotar superioridad.
Encuentra fortaleza en la generación natural de sentimientos de dependencia y lealtad hacia su persona, para crear un entorno de complicidad en el que él resulta ser el más beneficiado, a grado tal que el compromiso de sus dominados podría llevarlos a sacrificar su propia integridad física por resguardar la de él o la de su familia.
La traición es un factor detonante de la agresividad que imprime a sus acciones, no le interesa ocultar su autoría, pero es reservado para aceptar su responsabilidad directa o indirecta.
Su carácter afable le reditúa un convencimiento natural de las personas con las que interactúa, especialmente de aquellos con los que mantiene vínculos orientados a su protección.
Cumple sus compromisos, pero también sus acciones de venganza, utilizando cualquier método violento si se siente amenazado.
Es seductor, en apariencia espléndido y protector, genera círculos de confianza, garantiza el éxito de la estructura mediante la identificación y permanencia del grupo.
Sin embargo, no es indulgente con sus detractores y no vacila en romper alianzas; este factor pasa desapercibido entre su círculo principal por las muestras de solidaridad que tiene con ellos; infundiendo al mismo tiempo al resto del grupo temor reverencial.
Una de sus fortalezas es la tolerancia a la frustración, por lo que la venganza no es un hecho que ejecute con la inmediatez de una persona impulsiva, su respuesta es calculada, pero insistente, su visión es dañar a su adversario utilizando sus debilidades para producir el mayor daño posible.
Su capacidad de análisis y de recuperación es elevada, por lo que sus debilidades las transforma en fortalezas que le permiten superar inmediatamente los problemas que enfrenta.
En ese sentido se observa que algunas de sus debilidades son el temor a la pérdida de lo que considera sus logros, en primera instancia su libertad, lo que le produciría un estado depresivo; en segundo lugar la pérdida de algún miembro de su núcleo primario podría desencadenar una venganza planeada pero devastadora y ejemplar para los responsables.
Su necesidad de convivencia social puede llevarlo a la pérdida de su bien más preciado, que es la libertad.


¿Cómo podemos ayudarte?


El tratamiento en este tipo de trastornos podría clasificarse en dos vertientes: por un lado hacia las personas afectadas debido al trastorno de otros con los cuales se relacionan y por el otro lado la atención hacia la persona que posee un trastorno de personalidad.
La asistencia psiquiátrica o psicológica por parte de un profesional competente, motivado y con experiencia, casi siempre resulta de utilidad para las personas implicadas en una relación destructiva con alguien que presenta un trastorno de la personalidad, tanto si esa persona debe continuar con esa relación como si no.

Ese sujeto será consciente de cómo le afecta específicamente el estrés de esa relación y podrá aprender habilidades interactivas para reducir los conflictos y discusiones que no conducen a nada. El tratamiento ayuda a que la persona aprenda a protegerse ante las devaluaciones, distorsiones y la explotación que son endémicas en todas las relaciones con personas con trastornos de la personalidad o defectos del carácter. Las decisiones acerca de cómo interaccionar con este individuo se basarán en información sólida y específica sobre cómo el estado psiquiátrico de esta persona afecta a su pensamiento, emociones y comportamiento.

¿Conoces a alguien con este tipo de trastornos, o personas que por el contrario se encuentran en relación con este tipo de trastornos a través de otros?
Comunícate con nosotros, estamos para ayudarte







martes, 9 de junio de 2015

¿Salud Mental?

¿Qué es la Salud Mental? ¿En qué consiste? ¿Cuándo se tiene Salud Mental y cuando no? ¿Quién tiene un trastorno mental? ¿Quién está "loco"?

Si hay una línea que divide a la normalidad de la anormalidad, ¿cómo podemos decidir el momento en que se ha cruzado? Muchas personas que padecen problemas mentales serios funcionan cuando menos de forma mínimamente adecuada en ciertos aspectos de sus vidas. Otras, que parecen normales, tienen una idiosincrasia fastidiosa o molesta. ¿Cuál es el papel de la Salud Mental en estos casos?  

Aunque algunos de los problemas psicológicos y/o psiquiátricos no se encuentran claramente en el ámbito de la normalidad (por ejemplo, la incapacidad para sostener cuando menos relaciones mínimas con otras personas, o sufrir de alucinaciones o ideas delirantes), no siempre resulta sencillo determinar entre lo normal y lo anormal. Identificar a las personas aquejadas mentalmente y ayudarlas requiere del juicio y la atención de un profesional de la Salud Mental.


Muchas personas a pesar del malestar que padecen no consultan porque desconocen que están atravesando por un problema psicológico o psiquiátrico y adolecen su malestar al "estrés normal de la vida".

Identificar un Trastorno o un problema de Salud Mental


Términos como “trastorno mental”, “conducta anormal” y “enfermedad mental” comprenden una amplia variedad de problemas que van desde los que son privados en el sentido de que el resto de las personas puede no percibir que alguien sufre de ansiedad, hasta tragedias públicas como la personificada por asesinos seriales. Algunos síntomas que parecían relativamente ligeros pueden, sin embargo, tener importantes consecuencias. Por ejemplo, la depresión ligera experimentada durante un largo periodo puede estar relacionada con trastornos físicos, bajo rendimiento escolar, incapacidad para conservar un empleo, dificultad para entablar y conservar amistades, problemas maritales, conductas inadecuadas como padre de familia e incapacidad general para adaptarse a la sociedad.

Veamos algunos casos sencillos pero importantes a la hora en que algunas personas expresan síntomas que podrían padecer de un padecimiento mental o que podría beneficiarse de una atención adecuada e integral:

➤ Baja autoestima (“No soy bueno”)
➤ Distorsión de la realidad (“Todos están en mi contra”)
➤ Menor competencia (por ejemplo, social y laboral)
➤ Ansiedad (“Me siento tenso todo el tiempo”)
➤ Depresión (“La vida no vale la pena”)
➤ Ira (“Me enfurezco veinte veces al día”)
➤ Reactividad fisiológica intensificada (por ejemplo, taquicardia e hipertensión)

La mayoría de las personas que tienen problemas de salud mental hacen mención de la ansiedad que experimentan. Existe una amplia variedad de fuentes de estrés y de la forma en que se expresan.
Algunas veces la angustia es provocada por una situación de vida fácilmente identificable (por ejemplo, la pérdida de un empleo), mientras que en otros casos la fuente parece estar más dentro de la persona misma en lugar de provenir del ambiente que lo rodea. Además de la variedad de fuentes, hay también diversidad en cuanto a la forma en que se expresa la angustia.

¿Como buscar ayuda? ¿Cuál es el primer paso?

Muchas personas que sufren de alguna enfermedad mental no reciben ningún tratamiento profesional debido al costo que éste representa, a la falta de instalaciones clínicas cercanas o debido a que por diversas razones no buscan ayuda.


Razones para buscar un contacto clínico 


Las personas, aun las que no creen tener conducta desadaptada, pueden buscar ayuda
para sí mismas por infelicidad personal. Otros pueden hacerlo para alguien más debido a su preocupación por el bienestar de esa persona o por la seguridad de las personas a su alrededor. Algunas veces los problemas causados por la conducta de un sujeto provocan que las instancias legales o comunitarias le proporcionen la ayuda.


En la búsqueda de ayuda muchos pacientes encuentran personas en quien apoyarse y otras personas que han atravesado problemas similares superándolos y mejorando sus condiciones de vida.

¿En que podemos ayudarte? ¿Para que estamos?






En SMI (Salud Mental Integral) brindamos servicios integrales de atención para las personas que adolecen problemas conductuales, necesitan consejería y asesoría sobre síntomas que son difíciles de explicar con sus propias palabras ya que muchas veces "solo quien lo padece sabe por lo que están pasando"

Entre los servicios que brindamos se encuentran:


  • Atención psiquiátrica por médicos especialistas en psiquiatría y salud mental.
  • Diferentes tipos de psicoterapias.
  • Tratamiento farmacológico
  • Ingreso hospitalario
  • Consejería
  • Evaluación psiquiátrica y del estado mental
  • Asesoría online sobre síntomas o trastornos conductuales.